viernes, 15 de julio de 2016

Hay dos partes de la mente,
La que tengo que aprender a dividir:

Mis conflictos y mi odio por las cosas,
y la parte que sonrie y ama,

No puedo estar con la armadura a cuestas,
la culpa y el pensamiento de que tengo que defenderme siempre,

Agradecer la maldicion y proponer un campo libre para sonreir,

El mundo no es como quieres que sea,
pero aun así, se que si no creo o elijo creer, que la vida es mejor de lo que me dicen, voy a llevar a cuestas lo malo, y lo negativo me va a controlar,

Di gracias por el amor, por la ayuda que no pides, pero que te la dan, aunque no creas que la mereces,

porque a la final, los demonios no te van a salvar,
y la salida, a pesar del orgullo incoherente,

Es dividir el infierno,
no tienes que cargar con todo sola, al menos no siempre,
aunque a veces no te lo creas,

Suelta la cuerda, sueltate,
y aprecia lo que te dan,
aunque tu cabeza te diga que no es para tí.

Porque a la larga, todos me van a dejar ser, y hacer lo que quiera,
y nunca han visto, que a veces lo que necesito para mejorar, es colocarme algo de dificultad, y no permitirme tanta facilidad,

Y el autocontrol destructivo, no siempre lo puedo controlar.

Y no va a importar a donde me vaya, aunque cambie los paises, el idioma, las palabras o hasta las costumbres,

Lo que tiene que cambiar soy yo.

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