Hay dos partes de la mente,
La que tengo que aprender a dividir:
Mis conflictos y mi odio por las cosas,
y la parte que sonrie y ama,
No puedo estar con la armadura a cuestas,
la culpa y el pensamiento de que tengo que defenderme siempre,
Agradecer la maldicion y proponer un campo libre para sonreir,
El mundo no es como quieres que sea,
pero aun así, se que si no creo o elijo creer, que la vida es mejor de lo que me dicen, voy a llevar a cuestas lo malo, y lo negativo me va a controlar,
Di gracias por el amor, por la ayuda que no pides, pero que te la dan, aunque no creas que la mereces,
porque a la final, los demonios no te van a salvar,
y la salida, a pesar del orgullo incoherente,
Es dividir el infierno,
no tienes que cargar con todo sola, al menos no siempre,
aunque a veces no te lo creas,
Suelta la cuerda, sueltate,
y aprecia lo que te dan,
aunque tu cabeza te diga que no es para tí.
Porque a la larga, todos me van a dejar ser, y hacer lo que quiera,
y nunca han visto, que a veces lo que necesito para mejorar, es colocarme algo de dificultad, y no permitirme tanta facilidad,
Y el autocontrol destructivo, no siempre lo puedo controlar.
Y no va a importar a donde me vaya, aunque cambie los paises, el idioma, las palabras o hasta las costumbres,
Lo que tiene que cambiar soy yo.
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