"El Opus ;
El Opus es la Obra alquímica, que requiere el esfuerzo de un artista en su búsqueda de la perfección. Es una tarea sagrada que merece el esfuerzo de toda una vida. Giordano Bruno explicaba que, conociendo la escala por la cual los arquetipos se han plasmado en la materia, podíamos hacer retornar hacia su origen la conciencia, en un ascenso acelerado, ayudándonos con la memoria y la imaginación.
El Opus comienza partiendo de la “materia prima” o sustancia original, que está en relación con Saturno, como el “plomo” a transformar, ya que en ella están las simientes del oro alquímico.
Desde el punto de vista psicológico, podemos entender la materia prima como los instintos, las compulsiones, los conflictos emocionales, los miedos y las pasiones que se adueñan de nosotros. Freud lo llama el Ello. Es todo lo inconsciente que se encuentra en estado de conflicto, sin dirección alguna como fuerzas ciegas.
El Lapis o piedra filosofal, al final del proceso, es el oro que se intenta liberar de la confusa matriz de la materia prima. Es la piedra filosofal, la rosa de oro, la flor de loto, el diamante. Se lo ha equiparado también con Cristo, el unicornio y el hermafrodita coronado. Es algo sagrado que es menester extraer de la sustancia.
El Lapis otorga la conciencia de individualidad, de inmortalidad, así como la comprensión de nuestro destino.
Esta piedra filosofal es el dios interior, capaz de sostenernos en medio del fluir de los cambios de la existencia. Ejerce un efecto catalizador sobre lo que toca o le rodea, transformando las sustancias con las que entra en relación. Se autorreproduce y tiene un efecto permanente.
Los procesos de percepción y comprensión están vinculados con Mercurio y nos dan la capacidad de tomar conciencia de las cosas, y como consecuencia, de operar la transmutación y de poner luz donde hay oscuridad y caos.
Mercurio es la chispa divina oculta en la naturaleza bruta, el oro de nuestra verdadera esencia y nuestra vivencia de una individualidad significativa.
Los alquimistas veían en su Opus un proceso inevitablemente erizado de sufrimientos. Solo un grado considerable de integridad, sinceridad y bondad podía ayudar al individuo a orientarse en el laberinto de confusión y peligro que es la Obra en todas sus etapas...
Hay distintas versiones de tres etapas en este proceso de aceleración o transmutación consciente y voluntaria. La 1.ª es la Obra al Negro, el descenso a los infiernos, al fondo de nosotros mismos, para conocernos íntegramente y sin máscaras. La 2.ª etapa, la Obra al Blanco, la purificación, surgiría de esa toma de conciencia de nuestra realidad y del ansia de superación y libertad. La 3.ª etapa es la Obra al Rojo, la gran obra, en relación con la obtención
Paso a paso, peldaño a peldaño, el hombre va escalándose. Algún día caerá todo lo que cubre el diamante, como diría Plotino, y podremos ser cristal puro que canalice la luz sin distorsiones.
..."
-mundo-
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