que me voy a apagar,
y es mentira,
Son colapsos,
son arranques de frustrada,
Y me termino un libro que no parecía bueno,
pero lo es.
Y un cigarro, otro más,
Y me acuerdo de un cumpleaños que pudo ser el +77 pero es -17,
de dos muertos de Cáncer,
Un carajito, y un viejo,
que no me pesan, pero existieron.
Y me río, con nostalgia de saber,
Porque aparecen nuevas puertas que tumbar,
y ahora, como sea,
las ganas, las benditas ganas,
de comerme el mundo,
de cumplir,!
de vivir,
Un libro que me recuerda,
"¿Qué güevonada es?"
Que mas miedo que morirme yo,
más me da que se me mueran ustedes.
Y el mismo libro que dice:
"...Cuando , días después, censuré el fucsia de mi romance, Vadier me diría que no debía avergonzarme ya que, a fin de cuentas, la única cosa sensata que hacían las personas en el mundo, era mantener el empeño por amarse. Su mano derecha estaba en mi cintura, sus dedos -sobre la tela delgada de mi franela- parecían una panela de hielo seco. El amor -ese día lo entendí- no es más que un profundo sentimiento de derrota. Siempre he sido muy yoísta: primero yo, segundo yo, tercero yo y así hasta el infinito. En Calderas tuve la convicción de que el amor no es más que el escandaloso fracaso del egoísmo..."
Blue Label / Etiqueta Azul, E.S.R.
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